La vida es bella

La vida es bella, es una película italiana dirigida y protagonizada por Roberto Benigni. Ganadora de tres Óscar, la película está basada en el libro Al final derroté a Hitler, de Rubino Romeo Salmoni.
"Entrañable relato. Con desbordante creatividad, Benigni dirige, escribe y protagoniza la película italiana más importante de la década".

Guido es  un italiano descendiente de judíos, con alma de poeta. Le gustaría abrir una tienda de libros, pero ha de ganarse la vida como camarero. Un día conoce a Dora, la guapa maestra de un pueblo. Se enamora sin remedio de la "princesa", y comienza a cortejarla; su principal rival es un dirigente del partido fascista.

Unos años más tarde, ya casados, tienen un niño. Pero un día es deportado a un campo de concentración nazi junto a su tío, su hijo Josué y su mujer. Dora les sigue por amor. Allí, con tal de salvar la vida de su familia, le hará creer a su hijo de cinco años que todo se trata de un juego y que pueden ganar un premio si consiguen mil puntos. En realidad, están viviendo uno de los peores holocaustos de la historia de la humanidad y ellos son las víctimas.

" Esta es una historia sencilla, pero no es fácil contarla. Como en una fábula, hay dolor, y como una fábula, está llena de maravillas y de felicidad. "


Ahora, en ese mundo inimaginable, Guido debe usar su imaginación y cada gramo de su espíritu infatigable para salvar las vidas de aquellos a los que ama. En medio de la dura realidad, Guido siempre presenta a su hijo un enfoque positivo y le hace creer que no se trataba realmente de una guerra sino más bien de un juego en el que el ganador se llevaría un tanque real como premio, y le dice que cada uno de los esfuerzos y padecimientos que deben pasar es parte del juego.

" Empieza el juego, quien no haya llegado ya no juega. Se precisan 1000 puntos. El primer clasificado ganará un carro blindado nuevo. Menuda suerte. Cada día leeremos la clasificación por aquel altavoz de allí, al último clasificado le colgaremos un cartel que dirá: Asno. Aquí en la espalda. Nosotros estamos en el equipo de los super malos que gritan sin cesar, quien tenga miedo pierde puntos. En tres casos se pierden todos los puntos: los pierden, uno, los que empiezan a llorar, dos, los que quieren ver a su mamá, tres, los que tienen hambre y piden la merienda. ¡Nada de eso! Es muy fácil perder puntos, porque hay hambre. Yo mismo ayer perdí 40 puntos porque no pude aguantar y pedí un panecillo con mermelada. De albaricoque. Y él de fresa. Y nada de chucherías porque no os vamos a dar, nos las comemos todas nosotros. Yo ayer me comí 20. Me duele la barriga. Pero estaban buenas. Os lo aseguro. Perdonad que me vaya enseguida pero estamos jugando al escondite, me voy corriendo o me tocará pagar. "

Guido dice a su hijo que al llegar a mil puntos serán los ganadores del tanque, pero que tienen que esforzarse y no tienen que llorar. El niño vive en medio de la discriminación hacia los judíos pero ve todo como un juego gracias a que su padre se lo hace ver de esa forma, de modo que no adquiere ningún trauma ni tampoco ve la guerra como algo triste sino como un juego en donde el objetivo era esforzarse mucho para alcanzar los mil puntos y ser ganadores del tanque de verdad.

Al final la película, los norteamericanos llegan a ayudar y de esa manera  Josué sale de su escondite, y ve el tanque que tanto le había prometido su papá, al no comprender el idioma americano, por gestos sube al tanque, en camino se encuentra con su madre, y corre a sus brazos, gritando "Hemos ganado, tenemos un tanque de verdad".

La película destaca la bondad de un padre, la fe y la esperanza. La ilusión y el buen humor con el que el protagonista intenta rescatar las secuelas, que le podrían quedar a cause de la Segunda Guerra Mundial, a su hijo pequeño.
Guido miraba la vida con optimismo, como si cada segundo fuera el último, y sobretodo con toneladas de humor. En ningún momento se derrumba ante la guerra, y con ello, hace que esta guerra fuera un juego entre su hijo y él. Nunca deja de sonreír, es eso quizá el secreto de la vida. 


Carta a Josué:

Querido Josué:
Me dirijo a ti como superviviente. Tú eres el guardián de la esperanza de esta vida que sigue siendo bella. 
De Guido, tu padre, aprendiste a jugar o, lo que es lo mismo, a vivir. Él te enseñó un juego que ocultaba una dramática verdad. La muerte consentida de tantos que por su fe o por sus límites no cabían en el decreto de los que seleccionaban a los perfectamente hombres.
Esta verdad exige el mayor silencio de la historia. Y esta verdad todavía, desgraciadamente, sigue siendo verdad real.
Hoy siguen muriendo en los campos de concentración de la historia los que no tuvieron otro delito que nacer en la zona de los pobres, en la tierra del hambre. Y hoy continúa la tragedia y como en las adivinanzas del viejo doctor seguimos entre la oscuridad y el silencio.
Los interrogantes nos cercan. ¿Será más fuerte el odio que el amor? ¿Podrá la verdad vencer a la mentira? ¿Tendremos valor para desfilar con paso firme, como Guido, hacia la muerte? Y después de dar el paso, ¿no ganará la muerte la partida?
En la zozobra nos queda la memoria: el recuerdo de los que murieron amando y vivieron dando la vida. Guido nos recuerda que en medio del desastre es posible el amor y sólo el amor nos sostiene.
Los milagros son posibles porque siempre hay una salida. En lo inesperado, en las sorpresas siempre hay un resquicio para seguir esperando.
Cada vez que convertimos el amor en humor y las tragedias en comedias para seguir seriamente viviendo y seriamente “comprometiendo la vida”, estamos resucitando. O, lo que es lo mismo, estamos ganando...
Y por eso, aunque la palabra puede ser peligrosa:  

Gracias Josué, heredero de la promesa, heredero de la esperanza.


Comentarios

  1. La vida es bella una maravillosa pelicula sobre la segunda guerra mundial, un padre y su hijo que cree que la guerra es un juego y el premio mayor era un tanque.

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