Siempre hay esperanza

Su nombre es Ricardo Kakà y ésta es su historia…

Kakà nació en Gama, miembro de una Iglesia Evangélica, creció en São Paulo, a los 15 años ya jugaba al fútbol y estaba decidido a dedicar su vida a ello.
Comenzó su carrera en el Club São Paulo a la edad de ocho años. Firmó un contrato a los quince años y llevó al equipo juvenil de São Paulo a ganar la Copa Juvenil de gloria. 
De niño sufrió un accidente cuando dio un salto desde un trampolín, donde se fracturó una vértebra. Esto pudo haber significado el final de su carrera futbolística, pero como dijo él, creer en Jesús le permitió recuperarse y convertirse en un exitoso futbolista, cuando el AC Milan ganó el título de la Serie A en 2004, mostró una camisa con el eslogan "I belong to Jesus" ("Pertenezco a Jesús").

El AC Milan contrató a Ricardo en el 2003, donde consiguió su primera Liga de Campeones de la UEFA, posteriormente ganó la Copa Mundial de Clubes de la FIFA, el “Mejor Kaká” estaba en su momento cumbre,  ganó los premios de FIFA World Player, el Balón de Oro de la revista France Football, el premio de futbolista del año para la revista World Soccer, y el FIFpro al mejor jugador del mundo.


Habiéndolo ganado todo, y como Mejor Futbolista del Mundo, tenía un último reto, el Real Madrid;  el 30 de junio del 2009 Kaká fue presentado como nuevo jugador del Real Madrid, ese día Ricardo dijo estar ante "un día muy especial" y se declaró "muy feliz" delante de los más de 50.000 espectadores que corearon su nombre.
Dicha operación se convirtió en el cuarto fichaje más caro de la historia del fútbol, llegó al Madrid y se convirtió en la ilusión de todos los Madridistas.
Los Madridistas esperaban ver un súper equipo entre Kakà, Cristiano Ronaldo, Özil, Xavi Alonso, entre otros nuevos rostros, pero lamentablemente Kakà no sería el que todos esperaban, las lesiones que le acompañaron hicieron que dispute pocos partidos y aporte casi nada al equipo. Incluso reconoció que muchas veces lloró por no rendir como él y todo el Madridismo lo esperaba.

Pasaron dos años y Kakà había jugado muy poco, la gente empezaba a impacientarse por la espera de su recuperación, en ocasiones parecía coger ritmo pero luego surgía alguna otra molestia... El Madridismo había estallado, aunque siempre tuvo al técnico y al presidente de su lado, muchos aficionados y los medios empezaban a cuestionarse, por qué tuvieron que pagarse 65 millones de euros para que el jugador este lesionado y aporte poco o nada al Club. El Madrid llevaba 2 años sin ganar algún título y a ésto se sumaba el nulo aporte de Ricardo Kakà.
A pesar de tener a medio Madrid en su contra, se anunció oficialmente que no abandonaría el Club, se sobrepuso a la lesión de su rodilla y el 2011 parecía todo ir bien hasta que una molestia lo alejo nuevamente de las chanchas.
Aquel jugador veloz, hábil, desequilibrante del AC Milán parecía haberse perdido, ya eran muchas las lesiones, y ya no se podía esperar mucho de este jugador…


Cuenta la historia que todo gol que hacía extendía sus brazos al cielo para agradecer a Jesús, pero ya cansado de tantas lesiones y de tantas ausencias la tarde del 27 de septiembre del 2011 ante el Ajax de Holanda, ya recuperado de sus molestias y listo para regresar, Ricardo Kakà explotó…




Comentarios

Entradas populares de este blog

El laberinto del fauno

Siempre a tu lado

Soy leyenda