La historia de mi vida - Parte 2: Sueño de Campeón

Fueron largos días de dolor y tristeza, en aulas universitarias, los rincones de un cuarto, las calles largas, el mundo entero… ya no tenía fuerzas para seguir, parecía que los días habían terminado.


Habían pasado ya más de dos años desde que había terminado el colegio, dejado amigos atrás, comunicados sólo por internet. Cierto día un amigo del colegio me invitó a participar de un campeonato de fútbol que se realizaba cada año donde participan los ex alumnos del Colegio Parroquial San Vicente de Paúl, mi colegio. Pensaba que no era momento para campeonatos ni deportes, ni nada, pero se me vino a la cabeza tomarlo como una prueba, un desafío, un motivo para demostrar cuánto amaba a Turbo, entonces acepté. Tenía tres meses para prepararme física y mentalmente, utilicé cada momento libre para realizar actividades que me ayudarían a estar en perfecto estado para los partidos del campeonato.

Se propuso la confección de camisetas para el Campeonato, teníamos que decidir un modelo de camiseta, de entre muchas opciones se eligió una camiseta blanca, de un país renaciente, una camiseta imponente, se eligió la camiseta alterna de Portugal 2010.

También se decidió que las camisetas irían con nombre y su respectivo número, el número ya lo tenía, el número de siempre, el 11. Pero todavía no sabía que nombre usar para mi camiseta. Entonces pasaba los momentos libres en la universidad para tratar de encontrar el nombre adecuado para llevar en la espalda. Mi nombre Abel, no era demasiado fuerte para la circunstancia que se venía, y en cuanto al apellido Pérez, tenía un compañero que se apellidaba igual, Baldoceda era poco adecuado para la ocasión. Buscaba un nombre fuerte, un nombre que represente lo que me jugaba en ese campeonato.

En un principio decidí llevar el nombre Turbo, en honor a mi perro, ya que por él jugaba el campeonato, pero ese nombre significaba muchas cosas a la vez, y era poco apropiado para la ocasión. Finalmente decidí que de todas maneras iría mi nombre, e inspirado en el jugador del Real Madrid José María Gutiérrez (GUTI HAZ en su camiseta) nace la idea de llevar el nombre de ABEL TUZ., en representación a mi nombre ABEL y seguido de las iniciales TUZ, TU de Turbo y Z de Pérez, al morir adoptó mi apellido. Era el nombre indicado, el nombre ideal para la ocasión.



Tenía tres meses para entrenar, salía a correr por las mañanas, ejercitaba mis piernas por la tarde y toda la noche me pasaba haciendo abdominales, durante tres largos meses, jugaba los partidos de práctica que podía, mas no me entregaba al cien por ciento, sabía que tenía que llegar entero al gran día.


Era un viernes por la noche, una noche antes del día más importante de toda mi vida, tenía casi todo listo, las zapatillas, la camiseta, el short, las medias, la música… A la vista encontré una pulsera, una naranja… decidí usarla para el campeonato, y se me ocurrió escribir algo en ella, un mensaje de aliento por si en algún momento lo necesitaba. Esa noche dejé todo listo y al detalle en una mochila, al día siguiente debía salir temprano porque tenía clases en la universidad, ya estando todo listo ese viernes decidí descansar temprano, presentía lo que vendría.

Amaneció radiante, el sábado 13 de Noviembre, no se trataba de un día cualquiera, era el día que tanto había esperado y por fin lo estaba viviendo. IV Campeonato de Fútbol Ex-alumnos Vicentinos, mi equipo con buenos refuerzos.


El Campeonato empezó sobre las 4:00 de las tarde, primer partido, equipo titular y yo sentado en el banquillo, resultado muy amplio, entré en juego al segundo tiempo sin grandes cambios, resultado final victoria por mucha diferencia 6 - 1.

Segundo partido, el equipo perdió a su mejor jugador, decidió marcharse a casa, pero no fue motivo para perder las ilusiones, el equipo jugó un partido muy digno, entré a jugar al segundo tiempo, con miedo y nervios. Resultado final, ganamos 2 - 1.

Tercer partido de la fase de grupos, arranco de titular, pero no muestro mi mejor juego por los nervios y el miedo. El equipo luchó hasta el final, resultado final perdimos 3 - 1.
El equipo había clasificado por diferencia de goles, y empezaría la fase eliminatoria.

Partido de semifinal, entro al juego desde el inicio, pero con la cabeza pensando en muchas cosas y muchos nervios, partido muy peleado, jugadas fuertes y a destiempo. Recibí una tarjeta amarilla y el equipo rival se puso por delante en el marcador, persisten los nervios en mí y cometo muchas faltas, el árbitro me da un último llamado de atención, el capitán pide mi cambio: me retiro frustrado, con un sueño acabado, sin tener fuerzas para hacer algo, la historia había terminado... No obstante el equipo se tornó indomable y en minutos anota dos ráfagas inolvidables, era el 2 - 1 a nuestro favor, simplemente no podía creerlo, y mis ojos empezaban a brillar de emoción. Pita el árbitro y el resultado final, el equipo pasa a la gran final.

Previo a la gran final, 15 minutos de descanso, nos sentamos en la gradería para conversar, pero la emoción era tanto que apenas podía creerlo, jugábamos la gran final. Entonces abro la mochila para revisar el celular y me topo con una pulsera que había preparado un día antes en la cual decía: "Hoy me voy a sacar la mierda por ti TURBO", había olvidado usarla durante todo el campeonato y lo encontré justo para la gran final. Ya sobre las 8:30 de la noche, era momento para el partido más importante de toda mi vida, nos reunimos todos para el último grito de aliento. Enseguida volteé y me fui a sentar al banquillo porque durante todo el campeonato no había sido capaz de demostrar mi juego, por los nervios, el miedo a perder, y la gran carga que llevaba encima, pero entonces escucho una voz que me dice ¡Abel, juegas! Era la voz del Capitán que confiaba en mi, entonces levanté la cabeza y con ella todas las ganas contenidas en toda mi vida.

Inicio del partido, muy disputado en el centro del campo, ningún equipo podía elaborar su juego. En una arremetida del equipo rival, recupero el balón y se la paso al delantero, éste se contacta con el otro delantero y anota el primero para nosotros, era una fiesta. Jugadas y jugadas, con grandes atajadas de nuestro portero y gran labor de la defensa, en una jugada similar al primer gol, mi equipo sale de contra y el delantero más veloz no perdona, era el segundo y se desató la algarabía... Así termina el primer tiempo, con el equipo muy concentrado y con una marca rigurosa. En la segunda mitad, empecé a marcar con mayor intensidad pero sin falta, como se debe, y en una jugada muy peleada el jugador rival me propina un codazo, amarilla para ambos. El equipo estaba defendiendo muy cerca a la portería, y en un saque de esquina nos ganan por altura, gol para el equipo rival, habían acortado la diferencia. Entonces sólo una cosa había es nuestra cabeza, defender el resultado a muerte, balones al cielo y cambio de un delantero por un defensor, fueron los minutos más intensos jamás contados, y en un instante mágico el árbitro se lleva el silbato a la boca y pita el final del partido...

¡CAMPEONES!

En ese momento con mirada al cielo no paraba de decir ¡Por ti! ¡Por ti! ¡Por ti! con los ojos llenos de lágrimas. Esa noche había cumplido con Turbo.




Comentarios

Entradas populares de este blog

El laberinto del fauno

Siempre a tu lado

Soy leyenda